UNA NOCHE CUALQUIERA

Muerta la niña de espera

pinta en las paredes sus heridas

su manos llenas de sangre

revisten soledades.

Ella no espera parir soles

solo engendra nieblas

y chasquidos en penumbras.

Su piel virgen de surcos

no cuenta su verdadera historia.

Ella se acurruca cada noche

transversal a la herida que no porta.

Ha renunciado

dejando una mancha en su sombra

y su cuerpo frío mármol.

Un anochecer cualquiera

la niña muerta, será solo fantasma

dado a luz en las tinieblas…


Adriana. Olivares.

Recuerda

Recuerda regresar a mi, en cada luna.
A empapar las ventanas 
de mi alma.
A pintar de pasiones
mis tormentos.
Consagrar panes y vinos
con palabras
multiplicando la alborada…
Al cielo carmín de tus alas
donde vivir imaginado-te no es fácil
pero es mejor
que haber vivido sin amarte.
Donde sentir un vacío sin espacios
ahora tiene nombre…

orquideasalbaje

Con A de AMOR

De que serán los poetas

que habitan versos?

Pueden amar y matar

con una misma letra…

Juguemos

Juguemos a piedra libre-corazones...

Piedra libre
piedra libre 
para este corazón que tanto te ama.

Aveces necesito salir del hueco de tu pecho
desperezarme
estirar mis fibras musculares
antes de eternizarme nuevamente en tu sangre...

MORIR DE VOS

Voy a morir de vos
de no tenerte.

Seré libre, encadenada a tus manos
mientras me conmueva tu mirada
y tus palabras cuiden de mi alma.

De vos nunca me voy,
y al regresar me esperan tus sonrisas
mientras me desplomo en tus palabras.

Siempre pido más
incluso mas de lo que estoy dispuesta a dar
Quizás espero
que alguien desgarre su pecho hasta darme el ALMA

Orquídea.

De: Poesía Erótica y Sensual

AMOR

Amor, amor inmenso
amor que todo lo puedes.
Diles que no soy poeta
apenas mujer enamorada
de tus ángeles manos.
Apenas mujer sin sentidos
no veo colores ni perfumes
en las flores
desde que te se mis primaveras...

tu cuello

Albergue transitorio fue tu cuello de sol preñado de lunas
donde deje mis estrellas colgadas de frágiles tiempos.


Sin lograr conciliar sueños ante tus palabras
quedan muelles ajados entre naufragios y barcos dormidos

Los cazas hendían el aire donde nadaban nuestros
ojos buscándose ciegos y sin tacto.