Muerta la niña de espera
pinta en las paredes sus heridas
su manos llenas de sangre
revisten soledades.
Ella no espera parir soles
solo engendra nieblas
y chasquidos en penumbras.
Su piel virgen de surcos
no cuenta su verdadera historia.
Ella se acurruca cada noche
transversal a la herida que no porta.
Ha renunciado
dejando una mancha en su sombra
y su cuerpo frío mármol.
Un anochecer cualquiera
la niña muerta, será solo fantasma
dado a luz en las tinieblas…
Adriana. Olivares.
Adriana. Olivares.
2 comentarios:
ese día habrás muerto de vida.
(Soy Natalia, un poema o tal una gitana)
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